La negociación colectiva debe ser el epicentro de la prevención de las adicciones en el trabajo

La secretaria de Salud Laboral de UGT, Ana García, presenta una jornada sobre adicciones en el trabajo organizada por UGT-Illes Balears


Una jornada en la que ha considerado que la “negociación colectiva debe ser el elemento fundamental para la incorporación de mecanismos preventivos en las empresas frente a las adicciones. Los representantes de los trabajadores y trabajadoras debemos promover y fomentar la implantación de cláusulas en los convenios colectivos para que se acuerden planes preventivos, en los que se considere a la persona trabajadora que consume como una enferma y se la trate como tal. Unos planes preventivos que se deben orientar sobre cómo afrontar estas situaciones, abordando la problemática desde la prevención hasta la rehabilitación y reinserción del trabajador”.

Unos planes que deben ser negociados “en el seno del Comité de Seguridad y Salud y que deben utilizar una herramienta eficaz impulsada desde UGT, como es el Plan de Prevención y Acompañamiento en materia de Adicciones (PAMA), diseñada por el sindicato para los representantes de las personas trabajadoras, para poder actuar en esta materia”.

Además, ha resaltado que, a través del convenio colectivo “es posible establecer cláusulas dirigidas al aseguramiento de la reincorporación al puesto de trabajo para aquellas personas trabajadoras que se acojan a un programa de tratamiento una vez acreditada la recuperación o las excedencias especiales por tratamiento personal de adicciones bajo vigilancia médica”.

“Cada vez es más frecuente el trabajo con móviles y otros dispositivos electrónicos e, incluso, nos encontramos nuevas formas de organización del trabajo basadas en estar pendientes de una app, como por ejemplo los riders”, ha señalado. “Esto sin duda, puede dar lugar a un uso compulsivo y problemático de estos dispositivos electrónicos. La salud es un derecho de todo ciudadano y la prevención de adicciones va encaminada a que la sociedad esté sana”.

En este sentido, ha afirmado la necesidad de “garantizar una actuación integral en materia de adicciones, incluyendo actuaciones desde el ámbito laboral. Para UGT, las adicciones deben ser consideradas un problema de salud de las personas trabajadoras como cualquier otro y no deben generar discriminación alguna. Son un problema que requiere la actuación de todos los agentes implicados, partiendo de una idea clara, y es que estamos ante una enfermedad. Este problema se debe atajar actuando siempre desde un enfoque preventivo y no a través de medidas coercitivas y disciplinarias”.

El alcohol, el tabaco, los sedantes o el cannabis, las drogas de mayor consumo

Para Ana García, “las condiciones de trabajo influyen directamente en el consumo de sustancias, tanto positiva como negativamente. Es decir, pueden ser un factor de protección o de riesgo. Los cambios en el mercado de trabajo pueden llevar a la precariedad laboral relacionada con la inseguridad en el trabajo, y esto está generando, en algunas ocasiones, e incrementando en otras, riesgos laborales, que pueden desembocar en problemas relacionados con los efectos de las adicciones en el ámbito laboral”.

De esta forma, ha resaltado algunos datos importantes, como son que “el alcohol, el tabaco, los hipnosedantes y el cannabis se posicionan como las drogas de mayor consumo en ese orden, tanto entre la población general, como en la laboral; los hombres, en general, presentan mayores prevalencias de consumo que las mujeres, a excepción del consumo de hipnosedantes; y los menores de 35 años aparecen como mayores consumidores de alcohol, tabaco, cannabis y cocaína, mientras que, en tramos superiores, hay mayor prevalencia de hipnosedantes (sobre todo entre las mujeres)”.

Además, “hay un mayor nivel de consumo de sustancias psicoactivas entre las personas paradas que entre aquellas con empleo; y por sectores, en la construcción hay un consumo más elevado de alcohol a diario, tabaco diario y cocaína, en la agricultura/pesca/ganadería/extracción, hay un mayor consumo de hipnosedantes (con o sin receta), o en el sector de actividades artísticas, recreativas y deportivas presenta el mayor consumo de cannabis”.

También en relación al consumo de drogas y la exposición a riesgos laborales, ha manifestado que “se aprecia que el trabajo con calor o frío está relacionado con unos mayores consumos de tabaco, cannabis y cocaína; la inseguridad en el futuro laboral está relacionada con mayor consumo de tabaco e hipnosedantes; o el sentirse mal pagado tiene relación con mayores consumos de hipnosedantes, cannabis y cocaína”.

Beneficios sociales y económicos de la prevención

Durante su intervención, la secretaria de Salud Laboral de UGT ha destacado “los altos costes derivados del abuso de sustancias”, por lo que ha valorado “los grandes beneficios sociales y económicos de primar el enfoque preventivo frente al disciplinario a la hora de gestionar estos riesgos en las empresas”.

En este sentido, ha recordado que “la propia OMS recomienda adoptar un enfoque de protección integral frente al consumo de drogas y la OIT recomienda una gestión compartida de este problema social que implica al sujeto consumidor, al tipo de sustancia (legal o ilegal) y al contexto en el que se desenvuelve, incluido el laboral”.

Sin embargo, “a pesar de esta evidencia, todavía son pocas las organizaciones que disponen de buenas prácticas para prevenir el consumo, garantizar asistencia en los estadios precoces de consumo, ayudar a los trabajadores consumidores a abandonar su adicción con programas de rehabilitación y mantener el puesto de trabajo con la reinserción del trabajador y trabajadora”

 

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