El Banco Central Europeo aprieta más a hogares y empresas

La subida de los tipos de interés supondrá un encarecimiento de las hipotecas, del crédito para el consumo y la inversión y del coste de la deuda


Siguiendo la estela de la Reserva Federal, que elevó ayer en un cuarto de punto los tipos hasta situarlos en el 5,25%, el Banco Central Europeo (BCE) ha decidido hoy volver a subir los tipos de interés de intervención en la misma cuantía, llevándolos al 3,75%, el valor más alto desde noviembre de 2008. Es una mala noticia para hogares y empresas, y por extensión, para el conjunto de la economía española, puesto va a suponer un encarecimiento adicional de las hipotecas y del crédito para el consumo y la inversión, así como del coste de la deuda. Con ello, el BCE parece empeñado en tensar las capacidades financieras de los agentes económicos y, con ello, la resistencia del crecimiento de la actividad de los países de la eurozona, todavía frágil en el contexto de una imprevisible guerra en el corazón europeo.

Así, mientras la política fiscal decidida por el gobierno (y con muchas medidas pactadas con los sindicatos) está contribuyendo a impulsar la actividad y frenar la inflación (tal y como ha destacado el Banco de España en un reciente informe), la política monetaria trabaja en sentido opuesto, poniendo palos en las ruedas del crecimiento de la actividad y el empleo, con la excusa de enfriar el consumo para doblegar la inflación. Esta es una receta ineficiente, dañina y peligrosa, que corre el riesgo de empujar a las economías europeas a una recesión autoinducida.

Mientras, las entidades financieras siguen sin trasladar estos incrementos de tipos de interés a las retribuciones de los depósitos, reflejando la falta de competencia en el sector y la escasa persuasión de las autoridades monetarias, demasiado complacientes ante la perversión del negocio original de estas entidades, cada vez más en entredicho.

La Unión General de Trabajadoras y Trabajadores rechaza, en consecuencia, el endurecimiento de la política monetaria seguida por el BCE, que no ataca las causas efectivas de la inflación, favorece un comportamiento perverso de la banca y perjudica el crecimiento económico y la calidad de vida de la mayoría las personas. Esta estrategia, junto al decepcionante planteamiento de reforma de las reglas fiscales europea realizado desde Bruselas, dejan vislumbrar un escenario institucional para los próximos años muy preocupante, que parece poner las bases para la vuelta de las perniciosas políticas de austeridad que hundieron a las economías del área, y especialmente a las del sur, a partir de 2010. La próxima Presidencia española debe trabajar para impedir esta regresión y asentar un cambio de políticas de progreso.

Noticia de UGT  Confederal

 

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