La Unión General de Trabajadoras y Trabajadores condena el asesinato ayer lunes, 1 de abril, de al menos siete trabajadores de la ONG ‘World Central Kitchen’ (WCK) en Israel y reconoce su labor humanitaria en la región durante el conflicto con Gaza
La “solución al conflicto” anunciada por el gobierno del ultraderechista Benjamin Netanyahu parece continuar según su plan trazado, aumentando el número de personas muertas y heridas a manos del ejército y provocando un desastre humanitario de dimensiones colosales.
Tras medio año de ataques continuos contra la población civil gazatí se ha superado la cifra de 32.500 personas asesinadas por las autoridades militares israelíes en una masacre que día a día subraya el horror que viven las y los palestinos: los muertos y escombros que hoy son el hospital de Al Shifa, abandonado ayer por el ejército israelí tras ser atacado con bombas y fusiles, los disparos a civiles hambrientos que se acercaban a un convoy humanitario, los 12.300 jóvenes y niños palestinos matados en los cuatro últimos meses (una cifra que, según la Organización de Naciones Unidas es superior a la de todos las y los niños asesinados en guerras en todo el planeta en el periodo 2019-2022) o, y en definitiva, los ataques a mujeres, hombres, ancianos o niños sin discriminación alguna.
El último, triste y vergonzoso ejemplo es el asesinato ayer, lunes 1 de abril, de al menos siete trabajadores de WCK, organización humanitaria dirigida a la solidaridad alimentaria en situaciones extremas y que goza de gran prestigio internacional por su enorme labor en otros conflictos como el de Ucrania. Como suele suceder en estos casos, es de esperar que las nacionalidades de varias de las víctimas hagan reflexionar a alguno de los gobiernos occidentales que siguen comerciando con armas con Israel. No sería la primera vez en la que se observa que la desgracia de una persona inocente contabiliza distinto a la de las más de 32.500 vidas palestinas perdidas.
Más de 40.000 personas asesinadas en el conflicto
El bombardeo al personal de la WCK vuelve a demostrar que el gobierno del ultraderechista Netanyahu entiende a cualquier persona u organización que impida o dificulte su objetivo, descrito como genocidio por varias organizaciones y organismos internacionales. En la exterminación se incluyen organizaciones humanitarias y sus colaboradores, periodistas, trabajadoras y trabajadores de servicios esenciales, personal de Naciones Unidas, etc., palestinos u extranjeros.
UGT condena este asesinato y reconocer la enorme labor que realizan las organizaciones que aportan ayuda humanitaria, incluida así el de nuestra organización sindical hermana, PGFTU, que conjuga su trabajo sindical con el humanitario con valentía y dignidad. UGT quiere que esta condena no sea solamente eso, sino también un recordatorio y una nota de repulsa a los crímenes diarios que se ejecutan contra trabajadoras y trabajadores y población civil diariamente en Gaza: las siete personas voluntarias de la ONG que ayer fueron ejecutadas son parte del vergonzoso y sangriento sumatorio que comenzó hace casi medio año y que va camino ya de las 40.000 personas asesinadas.