En el marco del Día de Europa, UGT rinde homenaje a la Declaración de Schuman de 1950, que sentó las bases para la paz, la cooperación y la solidaridad en el continente, dando origen a la Unión Europea y, este año, miramos hacia el futuro con las elecciones europeas en el horizonte, un evento trascendental que permitirá a la clase trabajadora europea definir el rumbo hacia una Europa más social, justa e inclusiva.
Por ello, el sindicato hace un llamamiento a la participación activa de la clase trabajadora en estas elecciones, cruciales para construir una Europa que responda a los desafíos del presente y del futuro. Es imprescindible que todos los trabajadores europeos ejerzan su derecho al voto con responsabilidad, para llenar las urnas con una voluntad decidida hacia el progreso social. Los retos a los que se enfrenta Europa en la actualidad, como las transiciones digital y ecológica, la creciente desigualdad y la amenaza de fuerzas reaccionarias, exigen una acción colectiva para consolidar una Europa que realmente funcione para todos y todas.
El Parlamento Europeo tiene un impacto directo en la vida de millones de ciudadanos, ya que sus decisiones influyen en normativas laborales, políticas medioambientales y derechos sociales. En los últimos años hemos visto avances significativos con la implementación de directivas como la de salarios mínimos, la de plataformas digitales o la de conciliación de la vida laboral y familiar. Esto demuestra cómo desde las instituciones europeas se pueden mejorar las condiciones laborales y sociales, pero aún queda mucho por hacer.
La amenaza que representa el auge de la ultraderecha y el populismo nacionalista es real y pone en riesgo los principios de solidaridad, igualdad y justicia social que sustentan el proyecto europeo. Además, las transiciones digital y verde que se avecinan deben llevarse a cabo asegurando que nadie quede atrás. En este sentido, UGT quiere reforzar los pilares fundamentales necesarios para construir una Europa más social e igualitaria y, para ello, es imprescindible consolidar el Pilar Social Europeo, promoviendo un modelo que garantice servicios públicos de calidad, igualdad de oportunidades y derechos laborales para todos, de modo que las normativas europeas refuercen el bienestar de la clase trabajadora.
Las instituciones europeas pueden mejorar las condiciones laborales y sociales
Asimismo, es esencial asegurar que las transiciones digital y ecológica sean justas, proporcionando a los trabajadores y trabajadoras la formación y el acceso a nuevas oportunidades laborales que les permitan adaptarse a los cambios en la economía. Del mismo modo, reducir la desigualdad también debe ser una prioridad mediante la revisión de las políticas fiscales para aumentar la inversión en programas sociales, reduciendo las brechas entre Estados miembros y dentro de ellos.
Para que estos pilares se consoliden, es vital defender el modelo de diálogo social, la participación institucional y la negociación colectiva, que son garantes de los avances sociales y de los grandes acuerdos que han permitido a Europa avanzar hacia la paz y el progreso. Además, el diálogo social ha contribuido a construir soluciones a los desafíos más complejos, permitiendo consensos que reflejan la pluralidad de la sociedad y la participación institucional de las organizaciones sindicales en los órganos de decisión ha aportado una perspectiva de justicia social que ha mejorado la vida de millones de personas.
El sindicato incide en que la negociación colectiva es esencial en todo el continente europeo para establecer normas laborales que respeten los derechos de los trabajadores, creando condiciones laborales dignas y equitativas. En un panorama europeo donde diversas fuerzas buscan fragmentar estos avances, el sindicalismo emerge como un firme defensor de la cohesión social y laboral, promoviendo la solidaridad y el bienestar colectivo frente al individualismo y el conflicto que propugnan los grupos de extrema derecha.
Frenar el avance de la ultraderecha
Ante el creciente desafío que representa el auge de la extrema derecha en Europa, es imperativo reafirmar nuestro compromiso con el sindicalismo como fuerza unificadora y protectora de la clase trabajadora. El sindicalismo europeo debe continuar siendo una voz clave en la negociación colectiva, garantizando que todos los trabajadores europeos disfruten de derechos laborales justos y de una representación adecuada en la lucha contra las políticas que buscan desmantelar estos derechos fundamentales. De esta forma, nos aseguraremos que Europa siga avanzando hacia un futuro donde la igualdad, la solidaridad y la justicia social sean irrenunciables.
Por último, es crucial defender la democracia, combatiendo la desinformación y el extremismo, y fomentando la participación ciudadana y la transparencia en la toma de decisiones· Solo así Europa seguirá siendo un proyecto abierto, plural y que responda a los intereses de todos sus ciudadanos.