La llegada de trabajadoras y trabajadores es esencial para un crecimiento económico sostenido y para garantizar el futuro del sistema público de pensiones
España es la economía de la OCDE que más crece en 2024. Además, las cifras muestran que nuestro país bate record de población ocupada con 21.823.000 trabajadoras y trabajadores y los estudios y análisis sobre el buen momento de la economía española destacan, junto a las transformaciones impulsadas des del Diálogo Social, la importancia de la inmigración en la dinamización, crecimiento y mejora de nuestra economía.
Según los últimos datos del Censo, el 13% de la población de España tiene nacionalidad extranjera, un porcentaje que se eleva al 18% si tenemos en cuenta a aquellas personas que, teniendo nacionalidad española, han nacido en el extranjero.
Esta diversidad tiene su reflejo en el mercado de trabajo donde la población de nacionalidad extranjera y de doble nacionalidad supone el 21% del total de población ocupada: más de 4,5 millones de trabajadoras y trabajadores.
Es preciso destacar igualmente que el 36% del incremento total de la población ocupada en el año 2024 se debe a las mujeres de nacionalidad extranjera y a las mujeres con doble nacionalidad. Asimismo, a 1 de enero de 2024, la población española residente en el extranjero alcanzaba su cifra máxima, 2.908.649 personas y la OIT señalaba hace dos días en sus estimaciones sobre trabajadores migrantes, que estos son una fuerza vital en el mercado laboral mundial.
UGT recalca que, en una sociedad con una pirámide de población invertida, la llegada de trabajadoras y trabajadores es esencial para un crecimiento económico sostenido y también para garantizar el futuro del sistema público de pensiones, pero advierte de que el papel del trabajo inmigrante en nuestra economía no puede fundamentarse en los viejos espacios de la precariedad laboral, donde el racismo y la sobrexplotación eran soporte del modelo productivo, sino en trabajo digno para todas y todos. La subida del SMI, la reforma laboral y la mejora de los salarios están ayudando a avanzar en ese sentido.
Una fuerza vital en el crecimiento de nuestra economía
Este país no puede entenderse sin la inmigración y la emigración, y el sindicato quiere aprovechar la conmemoración del Día Internacional de las Personas Migrantes, para poner el acento en una serie de materias pendientes para nuestro país, por ello:
El sindicato urge a los partidos políticos y a los grupos parlamentarios a que alcancen un acuerdo sobre la reforma de la ley de extranjería que garantice la adecuada atención a personas menores de edad en situación de desamparo, estableciendo un mecanismo de reubicación solidario con aquellas zonas de este país con mayor riesgo de sobreocupación de su sistema de protección. Un mecanismo que permitiría cumplir con la obligación internacional de proteger los derechos de las personas menores de edad, practicar la solidaridad interterritorial y garantizar igualmente que las trabajadoras y trabajadores de los servicios de atención prestan sus servicios en condiciones idóneas.
El primer intento de reforma de la Ley de Extranjería estuvo acompañado de mensajes cargados de odio y deshumanización por parte de determinados partidos políticos, incluidos aquellos que se autodenominan como partidos de Estado, y que están contribuyendo de manera vergonzante e indigna a la normalización del odio, el racismo y las mentiras. El encono con el que la ultraderecha arremete contra niños, niñas y adolescentes menores de edad es inhumano, pero también contagioso.
Preocupación por la deriva utilitarista y deshumanizada de la política
Por otra parte, UGT rechaza el acuerdo del Consejo de la Unión Europea del pasado 13 de diciembre, que plantea permitir que cada Estado miembro pueda decidir que la ayuda a la entrada en el país de personas migrantes sin autorización pueda ser constitutiva de delito, incluso en los casos en que esta tiene un componente humanitario. En este sentido, el sindicato muestra su preocupación por la deriva que está tomando la política europea en esta materia, cada vez más utilitarista, más deshumanizada, y contagiada, también por los postulados de la ultraderecha.
Asimismo, UGT demanda al Gobierno la adopción de las medidas administrativas necesarias, y similares a las adoptadas durante la pandemia, para garantizar que las personas de nacionalidad extranjera de las localidades afectadas por la DANA, no pierden su situación administrativa regular, o puedan acceder a ella.
En este contexto, el sindicato, considera que la reducción de la jornada laboral, ahora a 37,5 horas semanales, ayudaran a avanzar hacia un modelo de empresas más productivas, donde las trabajadoras y trabajadores de origen migrante, especialmente las mujeres, van a ser uno de los colectivos del mundo laboral más beneficiados.