Artículo de opinión de Fernando Luján de Frías, Vicesecretario general de Política Sindical de UGT, publicado en el diario ‘El Siglo de Europa’, el 19/05/2023
En un contexto de incertidumbre mundial, los interlocutores sociales que formamos parte de la arquitectura constitucional, ubicados en el título preliminar, el que regula los rasgos más sobresalientes de nuestro Estado social y democrático de Derecho, hemos demostrado, una vez más, el valor del dialogo social como instrumento básico utilizado por los sindicatos y las asociaciones patronales –art. 37 de la CE– para fijar las condiciones de trabajo creando y repartiendo riqueza, en un claro ejercicio de responsabilidad, especialmente necesario para dar respuesta a las profundas transformaciones que la transición digital y ecológica están generando en los sistemas productivos.
En este escenario de inseguridad macroeconómica, los interlocutores sociales, a pesar de la aguda crispación política que vive España, hemos logrado aportar estabilidad y progreso con la firma del V Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva (V AENC). Nuestra principal aspiración es establecer un escenario que sirva de referencia para articular las relaciones laborales de los sectores y las empresas en el próximo trienio a través de la necesaria recuperación de los salarios.
El pacto suscrito por las organizaciones sindicales y las empresariales demuestra que es posible consensuar entre diferentes y devuelve a la negociación colectiva su papel reequilibrador, a través de un acuerdo que va mucho más allá de las imprescindibles subidas salariales, pues encara los nuevos retos que tenemos en nuestra sociedad, como el tránsito a una economía digital y verde, que debe venir de la mano de la protección del empleo a través de la capacitación, la formación y la recualificación de las personas trabajadoras, o la respuesta que deben adoptar los convenios colectivos al uso de los algoritmos y la inteligencia artificial ,situando los derechos de las personas trabajadoras en el centro de las decisiones empresariales.
El contenido del AENC, un paso firme en la configuración de un mercado laboral más igualitario y eficiente, apuesta por un desarrollo integral de la reforma laboral en materia contractual, que tan buenos resultados está dando en la reducción de la temporalidad, y en potenciación de la flexibilidad interna en las empresas como mecanismo alternativo a las extinciones laborales, teniendo como objetivo el mantenimiento y la creación de empleo. El acuerdo recoge orientaciones sobre teletrabajo, y alberga la desconexión digital como un verdadero derecho de la persona trabajadora. Lo convenido avanza claramente en la integración de trabajadores vulnerables, como las personas con discapacidad, o el colectivo LGTBI. Con autentica perspectiva de género, el V AENC incluye recomendaciones a los convenios colectivos en materia de igualdad cuyo resultado, fruto de una visión transversal, será una mayor corresponsabilidad entre hombres y mujeres.
Con el único objetivo de mejorar la salud de las personas trabajadoras, gracias al empeño de UGT la palabra “absentismo” no aparece en ninguno de los 33 folios del texto, se recomienda analizar la realidad de cada sector sobre indicadores de incapacidad temporal. Para reducir las inaceptables listas de espera que dificultan la recuperación de las personas que sufren accidentes no laborales, se insta a los poderes públicos para que, sólo y exclusivamente en los procesos traumáticos, y previa autorización del médico de cabecera con la libre conformidad del paciente, las mutuas puedan colaborar en pruebas diagnósticas, operaciones y rehabilitación. El acuerdo no supone, tampoco podríamos hacerlo, ningún cambio de responsabilidades y competencias de los servicios públicos de salud, que seguirán extendiendo las bajas, los partes de confirmación y las altas, tal y como se recoge en la vigente legislación de seguridad social.
En definitiva, el Acuerdo recoge para los próximos tres años un marco estable para impulsar unas relaciones laborales más justas, equilibradas y modernas. Todos debemos felicitarnos, por tanto, de otro éxito del diálogo social.
