El aumento de la inflación está sumiendo a las familias en la pobreza

UGT denuncia que el aumento de la inflación está conformando un escenario de pobreza insostenible para las familias de nuestro país. Muchos de los productos básicos de la cesta de la compra han aumentado su precio de manera alarmante, como es el caso del aceite de girasol, con una subida del 65,9% en el último año, los huevos con un 23,6%, la pasta con un 29,6% y la carne de ave con un 18,1%


El Servicio de Estudios Confederal (SEC) de UGT ha publicado el informe: “La inflación se come el presupuesto de los hogares con menos renta”, en el que ha confeccionado una lista con 25 bienes y servicios que, o bien resultan imprescindibles para el mantenimiento de la vida, como pueden ser aquellos relacionados con la alimentación o los cuidados, o bien son ineludibles en el presupuesto de los hogares, como puede ser el pago de suministros o las comisiones derivadas de operaciones bancarias, constatando la subida alarmante de sus precios, lo que está afectando de manera drástica a las familias de este país.

Tras continuas modificaciones de las previsiones desde inicios del 2021, la inflación ha dejado de ser un fenómeno transitorio, producto de la reactivación productiva que siguió a la paralización que tuvo lugar por la pandemia, agravada por el recorte de suministro de gas ruso tras la invasión de Ucrania. En este sentido, UGT denuncia que, mes tras mes, la tasa de variación de los precios de consumo ha ido acumulando incrementos hasta alcanzar el 10,8% en julio de 2022, el valor más alto registrado desde 1983. Pese a moderarse algo en los tres últimos meses, el indicador adelantado de octubre se sitúa en el 7,8%, un valor aún muy elevado.

En esta dinámica, la energía es el grupo que más sigue determinando la evolución del nivel de precios. En conjunto, el subgrupo del IPC que engloba la “electricidad, gas y otros combustibles” ha registrado una inflación media del 47,8% en los últimos doce meses (hasta septiembre, último dato definitivo). Pero aún más preocupante, por la necesidad ineludible de su consumo y su peso sobre la cesta de la compra, es el continuado y acelerado aumento que está sufriendo el precio de los alimentos, de un 14,7% en el último año, la tasa más alta desde enero de 1994, cuando comenzó la serie estadística homogénea. Así, los alimentos han continuado incrementando su precio a pesar de que, en términos generales, comienzan a rebajarse las presiones inflacionistas generales.

UGT denuncia que algunas de las subidas más significativas son la del aceite de girasol, con una subida del 65,9% en el último año, los huevos con un 23,6%, la pasta con un 29,6% y la carne de ave con un 18,1%. Con estos datos, en el último año, un hogar necesita pagar un 17,1% más por esta misma cesta de compra de productos de primera necesidad, mucho más que el aumento general del IPC. Es decir, si una persona que cobra 1.000 euros mensuales -el SMI- hace un año dedicaba 264 euros en el pago de esta cesta de la compra de productos esenciales como alimentos, energía y servicios básicos, ahora dedicará 308,8 euros, es decir, 45,3 euros mensual.

Se necesitan actuaciones urgentes para acabar con la pobreza y desigualdad

Esto no solo afecta de forma significativa a las familias con los salarios más bajos. Si atendemos a los últimos datos disponibles en la Encuesta de Estructura Salarial, el salario más frecuente en España en 2020 fue de 18.480,2 euros al año, lo que en catorce pagas suponen 1.320 euros al mes. Aplicando las tasas de aumento de precios a este salario, se obtiene que debería dedicar 407,6 euros al pago de esta cesta de esta compra básica, mientras antes gastaba 347,8 euros; ahora hay un sobrecoste de casi 60 euros al mes.
Sólo en esos 25 productos, que suponen poco más de la cuarta parte (26,4%) del gasto que implica el total de bienes y servicios que componen el IPC.

Por todo ello, UGT resalta que se está conformando un escenario insostenible para muchos hogares, sobre todo, para aquellos que ya tenían dificultades anteriormente para llegar a fin de mes. La creciente dificultad para acceder a una cesta de la compra de productos esenciales puede acabar teniendo graves consecuencias para la salud de las personas trabajadoras, a la vez que agudiza la situación social de pobreza y desigualdad que ya sufre nuestro país.

Para el sindicato, la conclusión está clara: con el encarecimiento del precio de la mayoría de productos y servicios de primera necesidad, las familias cada vez tienen que destinar una proporción mayor de sus gastos a sufragar sus costes más básicos, haciendo que muchas de ellas encuentren grandes dificultades para llegar a final de mes.  Ante ello, UGT reclama el diseño de actuaciones de carácter más quirúrgico, que se dirijan a donde se encuentran verdaderamente las causas de las tensiones inflacionistas: los costes de la energía y su repercusión, la distribución alimentaria y la actuación de empresas en mercados con poca competencia, que les posibilita mantener los márgenes empresariales y, además, trasladar todo coste a la persona consumidora.


► Informe del SEC: “La inflación se come el presupuesto de los hogares con menos renta”

 

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