El INE ha publicado hoy los datos de la EPA correspondientes al cuarto trimestre de 2024, que registra un crecimiento anual de la ocupación de 468.100 personas, un 2,2% más, mientras que en términos trimestrales el número de ocupados se ha incrementado en 34.800.
También se ha reducido el paro en 158.600 personas en este trimestre, de forma que actualmente hay un total de 2.595.500 personas paradas. En lo que respecta a la calidad del empleo, en el cuarto trimestre del año la tasa de temporalidad ha descendido hasta el 15,5%, 9 décimas menos que en el trimestre anterior.
En conjunto, en el año 2024 el mercado laboral ha mantenido su dinamismo en la creación de empleo, sobre todo de calidad, con un aumento anual medio del empleo del 2,2%, reduciéndose el desempleo en 265.300 personas, lo que sitúa la tasa de paro en el 10,6%, 6 décimas menos que en el cuarto trimestre del 2023. No obstante, uno de los datos más destacables de lo sucedido es la cantidad de empleo indefinido a tiempo completo que se ha creado, 411.100 personas más en esta modalidad de contratación, que es la más estable.
Sin embargo, aunque los datos inviten al optimismo sobre lo que sucederá en 2025, puesto que se espera que continúe el crecimiento económico y del empleo, la EPA recoge información sobre algunos problemas muy presentes para las personas trabajadoras que deben ser las prioridades en este año.
El primero de ellos, la elevada parcialidad involuntaria que sufren las personas que trabajan con esta jornada, que afecta al 44,6% de ellas. La incapacidad para encontrar empleos a tiempo completo es una de las causas principales de pobreza laboral, y contrasta con los casi 7 millones de horas extraordinarias que se realizan de media semanalmente en España. Esto pone en el punto de mira el ineficiente reparto de horas que se realiza y exige a todas luces un cambio que, en opinión de UGT, pasa por implementar un registro horario eficaz, que limite la realización de horas extraordinarias y garantice su abono con un 25% más, tal y como ha reclamado el sindicato ante el Comité Europeo de Derechos Sociales. El cumplimiento de estas disposiciones, junto con la reducción de la jornada laboral en los términos acordados con el gobierno, asegurando que en 2025 baje a las 37,5 horas como primer paso hacia las 32 horas semanales, mejorará significativamente la situación de las personas afectadas por una parcialidad no deseada.
Desempleo, duración de la jornada o coste del despido, cuestiones clave
Otro grave problema que atraviesa el mercado de trabajo español es su elevado paro de larga duración, es decir, personas que llevan más de un año buscando empleo. En este cuarto trimestre se han registrado un millón de personas paradas en esta situación, un 38,6% del total, y es un problema estructural que se suma al elevado desempleo, pese a que los valores actuales sean los más bajos para un cuarto trimestre desde el año 2007. Esta problemática se ha de resolver con una reforma de las políticas activas de empleo que ponga en el foco principal a las personas desempleadas de larga duración, desarrollando plenamente las herramientas disponibles para aumentar su empleabilidad, y partiendo de una orientación personalizada que se adapte a sus particularidades. Es crucial también implicar a las Comunidades Autónomas en la búsqueda activa de empleo para este colectivo, fomentando una verdadera política de empleo.
Por último, de cara a lograr un empleo estable es necesario que el coste del despido proteja eficazmente a la persona trabajadora y que sea disuasorio. Una indemnización tiene que servir para desalentar el despido sin causa y, en el caso de que se produzca, resarcir a la persona trabajadora de forma adecuada. En este sentido, es hora de proteger el contrato de trabajo cumpliendo con nuestras obligaciones internacionales y aplicando, por ser de obligado cumplimiento tal y como advirtió el Consejo de Estado antes de la ratificación de la Carta Social Europea, la resolución del Comité Europeo de Derechos Sociales que dio la razón a la reclamación de UGT. Una reforma legal en este sentido lograría desincentivar la extinción improcedente, y proporcionaría mayor seguridad laboral a la persona trabajadora.
En resumen, los buenos datos de empleo que se han registrado en 2024 siguen la trayectoria del año 2023 y apuntan a que en este 2025 el mercado laboral también tendrá un buen desempeño. No obstante, este nuevo año debe servir para avanzar en la solución de los problemas estructurales del mercado de trabajo que persisten, mejorando las políticas activas de empleo para ayudar a las personas desempleadas, y en especial a las que tienen mayores dificultades de inserción, fortaleciendo los servicios públicos de empleo, configurando las bases de un tiempo de trabajo más justo y perfeccionando la protección en el empleo de la persona trabajadora.