El sindicato advierte de que, a pesar de los incrementos salariales, la vivienda sigue resultando inaccesible para una parte importante de la población
El IPC del mes de noviembre, publicado hoy por el INE, sitúa la inflación anual en un 2,4%, seis décimas por encima de la registrada el mes pasado, un incremento que se explica, principalmente, por el efecto escalón en los productos energéticos, que se encarecen un 2,3% mensual, frente a la bajada del 4,3% registrada un año atrás.
Con el dato definitivo de este mes, las pensiones, ligadas al IPC tras los cambios introducidos en la última reforma, se revalorizarán un 2,8% en 2025, (que es el dato de la inflación media en los últimos doce meses), de manera que se garantiza el poder de compra de las personas pensionistas.
Por su parte, la tasa subyacente, que recoge la inflación de componente más estructural, es decir, sin incluir los bienes energéticos ni los alimentos no elaborados, disminuye una décima respecto a octubre, alcanzando una variación anual del 2,4%.
En lo que respecta a los incrementos anuales más destacados durante este mes, destaca el transporte de pasajeros por mar (41,9%), el chocolate (21,9%) y la electricidad (19,8%). En sentido contrario, los combustibles líquidos (-16,3%), el azúcar (-11,8%) o los equipos de telefonía móvil (-10,8%) registran los descensos de precios más señalados.
La contención de la inflación favorece la ganancia de poder adquisitivo
La contención de la inflación favorece la ganancia de poder adquisitivo de los salarios. Así, los convenios registrados en 2024 muestran un incremento medio del 3,2%, 4 décimas por encima de la inflación media, mientras que el aumento promedio de todos los convenios es algo menor, del 3,1%. Con todo, se puede afirmar que la negociación colectiva, siguiendo los criterios fijados por el AENC (2023-2025), ha respondido favorablemente a lo largo del año, impulsando una senda de crecimiento salarial acorde al actual contexto de expansión económica.
Sin embargo, el precio de la vivienda se ha encarecido tanto que, a pesar de los aumentos salariales, resulta inaccesible para una parte importante de la población trabajadora. En consecuencia, incrementar el exiguo parque de viviendas a precio asequible debe ser una de las principales prioridades del país, tanto para ofrecer alternativas habitacionales a quienes lo necesiten, como para contrarrestar las presiones inflacionistas del mercado privado.