El incremento de los precios de la energía, que se han disparado por la invasión rusa de Ucrania, no es un problema solo de España, sino de Europa. Es preciso poner un tope a los precios y evitar que millones de personas padezcan la pobreza energética, mientras las compañías de este sector obtienen ganancias récord, tal y como ha expresado la Confederación Europea de Sindicatos (CES), de la que UGT es miembro fundador.
Fuente: UGT Confederal
El movimiento sindical europeo comparte las conclusiones expresadas por el Secretario General de la CES, Luca Visentini, tras la celebración de la cumbre del Consejo Europeo. Visentini ha destacado que alrededor de 9,5 millones de personas, en Europa, ya tenían problemas para pagar sus facturas y que la crisis energética, provocada por la invasión rusa de Ucrania, empujará a millones de personas más a la pobreza energética. Algo que contrasta con las ganancias récords de las compañías energéticas.
La UE debe proteger los empleos
En línea con lo expresado también por el Secretario General de UGT, Pepe Álvarez, Visentini ha demandado poner un tope en el precio de la energía, hasta que Europa encuentre alternativas a los combustibles rusos, y establecer un apoyo continuo a las personas que las permita vivir con dignidad. En este sentido, ambos líderes han reclamado que la UE actúe para proteger los empleos y a las empresas, como se ha hecho durante la pandemia, reorientando y refinanciando el programa SURE. “Esto ayudaría a avanzar en la quinta ronda de sanciones contra Rusia, tan necesarias para poner fin a esta guerra espantosa e ilegal. No hay lugar para la frugalidad ideológica si queremos derrotar a Putin”- ha dicho Visentini.
Asimismo, ha manifestado que “la UE también debería hacer más para demostrar que está del lado de Ucrania abriendo un diálogo con el presidente Zelensky sobre el proceso de adhesión tras su extraordinario discurso en el Consejo. Nadie, ni siquiera del lado ucraniano, espera que sea más rápido o más fácil de lo habitual, pero comenzar el proceso enviaría una fuerte señal a Rusia de que, lejos de estar sola, Ucrania es un socio central europeo. El mismo diálogo debería abrirse con otros países asociados a la UE como Georgia y Moldavia para garantizar la estabilidad y la igualdad de trato en la región”.
