Es crucial alcanzar un pacto en la negociación colectiva en el que se liguen las variaciones salariales a la evolución de precios y de márgenes de beneficios de las empresas
Los datos del cuarto trimestre de 2022 de la Encuesta Trimestral de Coste Laboral (ETCL) publicados hoy por el INE muestran un aumento anual del coste laboral y salarial de un 4,2% y 4,7%, respectivamente. Cifras que completan la imagen de lo que ha sido 2022 que, como era previsible, ha dejado un incremento medio anual de los costes salariales muy por debajo de la inflación, 4,6% frente al 8,4%, lo que se traduce en una pérdida de capacidad adquisitiva para los trabajadores y trabajadoras de 3,5 puntos porcentuales.
A este respecto, es importante destacar que el dato que proporciona la ETCL excluye de su análisis dos de las actividades que recogen salarios más bajos, y donde más importancia tiene el SMI para sus mejoras salariales (sector primario y personal doméstico), por lo que la cifra del 4,6% se encuentra sesgada al alza.
En cualquier caso, todos los datos conocidos de incremento de salarios en 2022 (2,8% según la variación salarial en convenio, 2% según la remuneración por asalariado equivalente a tiempo completo de la CNTR y ahora este dato de la ETCL) muestran que no solo no han presionado los precios, sino que han contribuido a moderarlos. Por el contrario, han sido los beneficios empresariales los que han alimentado y siguen empujando a la inflación.
La falta de competencia en algunas actividades, la poca efectividad de los organismos de supervisión, la escasa transparencia del funcionamiento de los mercados y la ausencia de bienes sustitutivos está facilitando que las empresas aprovechen el contexto para elevar sus márgenes, a costa de la mayoría de los hogares. Las medidas aplicadas han sido positivas globalmente, pero insuficientes y poco efectivas. Es preciso adoptar nuevas actuaciones, como propone UGT en el documento El año de la inflación.
Es necesaria una renovación del AENC
Para resolver los problemas que han ocasionado esta pérdida de poder adquisitivo tan grave es crucial que se alcance un pacto entre los interlocutores sociales que siente las bases de la negociación colectiva para los próximos años. Esto supone un AENC renovado que recoja la propuesta conjunta de UGT y CCOO, donde se incluyen criterios que ligan las variaciones salariales a la evolución de los precios y de los márgenes de beneficios de las empresas.
Esta fórmula adapta la subida salarial a la capacidad económica de la empresa y a las necesidades de las personas trabajadoras, construyendo un escenario más eficiente y de mayor justicia distributiva que el que genera la inexistencia de este acuerdo, que ya lleva más de 2 años bloqueado por la patronal.
Datos
La información de la Encuesta Trimestral de Coste Laboral correspondiente al cuarto trimestre de 2022 muestra un aumento del coste salarial que está muy por debajo del que se vio en el nivel de precios, consolidando así la intensa devaluación salarial que está sufriendo el conjunto de los trabajadores y trabajadoras.
El coste laboral total es de 2.996,63 euros mensuales por trabajador, un 4,2% superior al mismo trimestre del 2021. Por su parte, el coste salarial por trabajador aumentó en un 4,7% y su cifra alcanza los 2.268,00 euros por mes.
En lo que respecta a los costes laborales por hora trabajada, éstos se incrementaron un 3,7% anual, debido al mayor número de horas efectivas trabajadas, un 0,6% más que en el cuarto trimestre de 2021. Eliminando los efectos de estacionalidad y calendario, el coste laboral por hora crece un 3,4%.
Por último, el número de vacantes en este cuarto trimestre de 2022 es de 140.517 puestos de trabajo sin cubrir, alcanzando cifras más elevadas que en años anteriores, incluso comparando con el cuarto trimestre de 2019 (100.009 vacantes). El 91,3% de estas vacantes se encuentran en el sector servicios. Para que estas vacantes se reduzcan es fundamental que haya estabilidad, buenas condiciones laborales y unos salarios dignos que inciten a las personas trabajadoras a acceder a cubrir los puestos de trabajo, así como unas políticas de empleo más eficaces que faciliten la inserción laboral de todas las personas trabajadoras.