El 17% de la población total de España, tiene su origen en un movimiento migratorio hacia nuestro país. Desde 2017 la inmigración es el principal elemento de crecimiento de población, tanto de población de nacionalidad española como extranjera. UGT recuerda que las migraciones han sido determinantes de las variaciones de población de los últimos 20 años y han contribuido al desarrollo económico, social y cultural de nuestro país.
A 1 de enero de 2022 había 47.435.597 personas empadronadas en España, el 51% mujeres, según los datos provisionales de la Encuesta del Padrón Continuo del INE. Del total de población, 5.512.558 personas tenían nacionalidad extranjera, de las que el 49´8% eran mujeres. La población de nacionalidad extranjera supone el 11´6% de la población total del país. A estas cifras hay que añadir 2.514.988 personas con nacionalidad española nacidas en el extranjero, lo que supondría que el 17% de la población total, 8.027.546 personas, son el resultado de la migración hacia España.
Las crisis afectan a los flujos migratorios, determinantes para la población
En el año 2020 el crecimiento vegetativo de la población residente en España fue negativo en -153.167 personas. Esta dinámica ha tenido continuidad en el año 2021 con un saldo de -113.876 personas.
Aun así, el saldo migratorio positivo en 2020 y 2021 han compensado este descenso vegetativo de la población residente en España. En el año 2021, según los datos provisionales de la Estadística de Migraciones del INE, el saldo migratorio es positivo en 153.094 personas, pero inferior al del 2020 y muy alejado del saldo migratorio positivo de 2019. Esto se debe, sin duda, a las consecuencias extendidas de la COVID-19, en materia de salud, restricciones, economía y trabajo.
Cuando los saldos migratorios han sido negativos como consecuencia directa de la crisis económica iniciada en el año 2008, la población total de nuestro país ha descendido. España tuvo saldos migratorios negativos entre los años 2010 a 2015, en este último año debido exclusivamente al saldo migratorio negativo de población de nacionalidad española que no pudo ser compensado por la entrada en el país de personas de nacionalidad extranjera. Estos saldos migratorios negativos, dieron lugar a pérdidas de población total.