La reforma laboral sigue mejorando la calidad del empleo, quedan flecos pendientes

05/03/2024

Las cifras de paro registrado del mes de febrero publicadas hoy por el Servicio Público de Empleo (SEPE), muestran un descenso de 7.452 personas desempleadas respecto al mes anterior. Con relación al año anterior, el paro baja en 150.607 personas, situándose en un total de 2.760.408, el dato más bajo en un mes de febrero desde 2008, antes de que comenzara la crisis económica. Por su parte, la afiliación a la Seguridad Social se incrementa en 103.621 personas, el mayor aumento mensual para un febrero desde 2007, volviendo a situarse en valores máximos para el mes de febrero, con 20.708.382 personas afiliadas.

Estos datos son el reflejo de un mercado laboral fuerte y resiliente, producto de todo el empleo de calidad que se está creando a raíz de la reforma laboral de 2021. Puestos de trabajo estables, asentados cada vez más sobre el contrato indefinido, lo que implica la configuración de unas relaciones laborales más sólidas, con una mayor capacidad de resistencia ante contextos adversos.

El peso del contrato indefinido continúa manteniéndose en valores muy elevados, concretamente del 46% para este mes, casi la mitad del total de 1.137.407 contratos realizados. En conjunto, se han realizado 52.605 contratos más que el año pasado, y de más calidad, como también demuestra el hecho de que el contrato indefinido a tiempo completo haya pasado de suponer el 7,1%, en el febrero anterior a la reforma, al 21,7% del total de contratación en este febrero.

La temporalidad de la afiliación, a su vez, vuelve a marcar un mínimo histórico del 12,7%, un dato que en febrero de 2021 se situaba en el 27%; por lo que parece que, verdaderamente, la reforma está consiguiendo que la excesiva temporalidad deje de ser un rasgo característico de nuestro mercado laboral. Esta realidad también viene avalada por los datos procedentes de la EPA, que sitúan el empleo temporal en el 16,5% para el cuarto trimestre de 2023, siendo la del sector privado aún menor, del 13,2%. El punto negativo lo pone la temporalidad del sector público, que continúa siendo muy elevada, concretamente del 29,6%; reduciéndose tan sólo en 1,4 puntos con respecto al cuarto trimestre de 2021, antes de la reforma.

Aspectos pendientes 

Otro aspecto a mejorar del mercado de trabajo es el desempleo estructural, el paro de larga duración, que afecta al 40,3% de las personas desempleadas. Esto quiere decir que cuatro de cada diez personas paradas llevan más de un año buscando un empleo; un porcentaje que se sitúa en el 25,4% para las personas que buscan empleo desde hace 2 o más años, es decir, un cuarto del total. Una realidad que pone en evidencia la ineficacia de las actuales políticas activas de empleo, en tanto que no son útiles para mejorar la inserción de las personas que más dificultades tienen para encontrar un empleo. Algo que no parece estar solucionando la actual Ley de Empleo, aprobada sin el consenso social, al no proveer de los medios necesarios para que se desarrollen unos servicios para el empleo efectivos, especialmente aquellos relacionados con la orientación profesional.

Por último, aún quedan cuestiones pendientes por completar en la reforma laboral, como la modificación de las causas y el coste del despido, necesaria para dotar a todo el empleo indefinido que se está creando de una estabilidad real, con una indemnización por despido que realmente tenga un carácter disuasorio y resarcitorio. Esto acabaría fomentando otras vías de ajuste alternativas al despido, basadas en la flexibilidad interna, menos traumáticas tanto para el trabajador como para la empresa; aportando a su vez a las relaciones laborales una mayor estabilidad y seguridad, muy necesarias para afrontar los retos futuros de la economía.

 

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