Paro Abril 2024.- Ahora toca mejorar las condiciones de los contratos y avanzar en la protección de las personas trabajadoras

06/05/2024

Los datos de paro registrado del mes de abril, publicados hoy por los Servicios Públicos de Empleo, muestran una evolución positiva del empleo acorde a los resultados habitualmente obtenidos en este mes.

El número de personas desempleadas se reduce en 60.503 respecto al mes anterior, lo que supone un total de 2.666.500 personas en desempleo, la cifra más baja para este mes desde 2008. Con respecto al año anterior, suponen 121.870 menos de personas desempleadas. Por su parte, la afiliación crece en 199.538 y alcanza la cifra récord de 21.101.505 personas, 486.516 más que el año pasado. En términos desestacionalizados se crean 40.677 empleos, hasta los 21.073.339 de afiliados, acumulando ya 48 meses consecutivos de aumentos de empleo.

Así, tras más de dos años desde que entrara en vigor la reforma laboral de 2021, el empleo continúa creciendo con fuerza y, además, sigue haciéndolo a través del contrato indefinido. Concretamente este mes se han firmado un total de 1.267.440 contratos, de los que 559.254 son indefinidos, es decir, un 44,1%, casi cuatro veces más de lo que suponían antes de la reforma (12,1%). Además, la modalidad más estable de contratación, la fija a tiempo completo, asciende al 18,7% del total de contratos, un porcentaje que antes de la reforma tan sólo era del 7,6%.

En la afiliación, la temporalidad sigue en mínimos históricos del 12,6%, un porcentaje que antes era del 26,7%, reduciéndose en 14,1 puntos. Un descenso aún mayor entre los jóvenes, concretamente de 34 puntos, al pasar del 53,1% al 19,2% en abril. Por tanto, los datos muestran mes tras mes que la reforma está consiguiendo reducir la excesiva temporalidad que caracterizaba a nuestro mercado laboral mediante la creación de empleo de calidad.

Ahora, sin embargo, es el momento de mejorar las condiciones en las que se desenvuelven estos contratos, avanzando en la protección de las personas trabajadoras y garantizando su derecho a recibir una indemnización por despido adecuada, con carácter disuasorio y resarcitorio, como recoge la Carta Social Europea. Un aspecto que UGT denunció al Comité Europeo de Derechos Sociales y cuya resolución aún no se ha hecho pública.

Hay que abordar los retos pendientes

Por último, es necesario atender al desempleo estructural, que persiste en valores muy elevados: el paro de larga duración continúa afectando a 4 de cada 10 personas a pesar del dinamismo del mercado de trabajo. Una cuestión que apunta directamente a la ineficacia de las Políticas Activas de Empleo, y en particular a la ausencia de Servicios para el Empleo capaces de mejorar la inserción de las personas desempleadas, especialmente aquellos destinados a la orientación profesional.

En este aspecto, el reciente Real Decreto que regula la Cartera Común de Servicios del Sistema Nacional de Empleo y los servicios garantizados, aprobado el 30 de abril sin Diálogo Social, no da una respuesta a la altura de la situación, pues no establece eficazmente la obligatoriedad de la prestación de estos servicios por todas las Administraciones territoriales: no regula detalladamente su contenido, ni establece un plan de actuación que permita su cumplimiento a lo largo del tiempo, entre otras cuestiones. Además, para asegurar su prestación, es necesario elevar el número de personas que realizan estos servicios y mejorar sus condiciones laborales, así como asegurar que su financiación tenga carácter finalista, garantizando su debido cumplimiento y no quedando supeditada a las decisiones y necesidades de cada SPE.

Para UGT, acabar con el desempleo estructural es un paso esencial para avanzar hacia el pleno empleo de la economía, haciendo posible que toda la clase trabajadora, y en especial las personas más vulnerables, puedan beneficiarse de los frutos de la actual etapa de expansión económica con las mismas oportunidades. Un objetivo ambicioso, pero que se ha vuelto realista gracias a la intensa creación de empleo de calidad y a la fortaleza que está mostrando la economía española, aún a pesar del adverso contexto internacional.
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