Paro Enero 2024: Menos contratos, pero de mayor calidad

Es esencial seguir mejorando la calidad del empleo avanzando en cuestiones como la reforma del despido o la reducción de la jornada laboral
02/02/2024

Los datos de paro registrado y de afiliación a la Seguridad Social del mes de enero, publicados hoy por el Servicio Público de Empleo (SEPE), muestran un aumento de las personas desempleadas y una caída de las afiliadas en línea con el comportamiento habitual del mercado de trabajo en los meses de enero, caracterizado por el fin del periodo navideño y, por tanto, del tirón extraordinario que supone sobre el empleo.

En esta ocasión, el paro registrado ha aumentado en 60.404 personas con respecto al mes anterior, empezando el año con un total de 2.767.860 personas en desempleo, el dato más bajo para un mes de enero desde 2008. La afiliación, por su parte, desciende en 231.250 personas y se sitúa en un total de 20.604.761 personas, por lo que continúa en valores récord para un mes de enero. De hecho, supera en 523.537 personas la cifra registrada en el mismo mes del año anterior. En términos anuales, esto supone que el ritmo de creación de empleo se mantiene en el 2,6%, síntoma de un mercado laboral fuerte y dinámico que resiste mejor de lo esperado al contexto económico y político nacional e internacional.

UGT resalta que, tras dos años de aplicación de la reforma laboral de 2021, la temporalidad en la afiliación continúa registrando mínimos históricos, mientras que el contrato indefinido, es ya la principal modalidad de contratación de las empresas. Así, en este mes, la tasa de temporalidad de la afiliación sigue en el 13%, un valor que antes de la reforma superaba el 30%; siendo aún más relevante la caída de la temporalidad de los menores de 30 años, que se mantiene en el 20%, mientras que antes ascendía al 53%.

Mayor estabilidad laboral 

Por su parte, la estadística de contratos continúa mostrando signos de estabilización, comportándose acorde a la premisa de “menos contratos, pero de mayor calidad”. Así, en este enero, se han firmado un total de 1.185.600 contratos, 15.149 menos que el año pasado y 495.069 menos que la media de los cinco años antes de la pandemia (2016-2020). Sin embargo, los indefinidos ascienden a 506.622, suponiendo el 41% de la contratación. Una cifra que antes de la reforma apenas alcanzaba el 10% de los contratos. Entre ellos, además, destaca el indefinido a tiempo completo, el más estable, que supone el 48% del total de indefinidos.

De forma que muchas personas trabajadoras que antes encadenaban varios contratos temporales en un mismo mes, ahora tienen un contrato indefinido. Por ello, que haya menos contratos no es un aspecto negativo sino un indicador de que la reforma laboral está funcionando y permitiendo que las relaciones entre trabajador y empresa se desarrollen en un marco de mayor estabilidad laboral de la que se benefician ambas contrapartes.

Es indispensable seguir mejorando la calidad del empleo desde todos los ámbitos, de manera que, si prácticamente ya se ha conseguido que el contrato indefinido adquiera la relevancia formal deseada en la contratación, ahora hay que mejorar las condiciones en las que se desenvuelven esos contratos indefinidos, elevando su estabilidad real.

Avanzar en la protección de las personas trabajadoras 

Para ello, es fundamental continuar avanzando en la protección de las personas trabajadoras y acabar de completar las cuestiones que quedaron pendientes hace dos años, como la reforma del despido, que continúa sin adecuarse a la Carta Social Europea Revisada. Para que el empleo indefinido cuente con verdaderas garantías, es necesario que la indemnización por despido adquiera un carácter disuasorio y resarcitorio, recuperando también los salarios de tramitación. Ello desplazaría al despido como la última de las opciones posibles para el empleador, fomentando otras alternativas, como la formación y la reubicación, que son mucho más beneficiosas para ambas partes, ya que contribuyen a elevar la productividad, reducen costes y dotan a la persona trabajadora de un extra de seguridad laboral, muy necesario hoy en día para poder tener en consideración proyectos de vida a más largo plazo.

Igualmente, es necesario que las negociaciones en torno a la reducción de la jornada laboral no se dilaten, alcanzando las 35 horas semanales antes de acabe la legislatura y con el objetivo puesto en la jornada laboral de 32 horas sin reducción de salario.

Paralelamente, es imprescindible que se adopten las medidas para reducir el subempleo (esencialmente, tiempo parcial involuntario y posible abuso de los fijos discontinuos), que constituye la principal causa de los reducidos ingresos que obtienen miles de personas trabajadoras y, por tanto, de la pobreza laboral que soportan los hogares.

 

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