Condeno este ataque militar que transgrede el derecho internacional y que sufrirá, como siempre, en primera persona la clase trabajadora.
Fuente: Valor Sindical
El pasado jueves amanecimos otra vez con el ruido abominable de las bombas de la guerra. La ofensiva militar iniciada por Putin transgrede el derecho internacional, violando lo más sagrado que tenemos: la paz. Este ataque, que condeno con rotundidad, lo padecerán, como siempre, en primera persona la clase trabajadora de Ucrania, víctima de una política de bloques que en nada ha beneficiado. Y, también, lo sufrirán las trabajadoras y los trabajadores rusos, que soportarán las consecuencias de las sanciones económicas que se implanten contra su país.
El incumplimiento de Ucrania de los acuerdos de Minsk, con apoyo militar de Estados Unidos y la OTAN, y la temeraria política exterior rusa de aumentar su poder político y militar en países más débiles del entorno exsoviético están entre las bases del actual conflicto. La guerra debe parar de manera inmediata y las tropas rusas deben retirarse de Ucrania. Asimismo, el reconocimiento ruso de la la independencia de parte del territorio ucraniano, incompatible con la Carta de la ONU, debe revertirse.
Además, me solidarizo con las organizaciones sindicales ucranianas, que suman a las políticas antisindicales y antiobreras del gobierno de Kiev (contra la propia Constitución ucraniana y las normas internacionales del trabajo, incluidos los convenios de la OIT y las directrices de la UE), todo el potencial destructor de la guerra y sus terribles consecuencias que pagarán fundamentalmente las trabajadoras y los trabajadores.
En esta situación dramática en la que vivimos, es urgente retomar la cordura y reemprender, bajo el patrocinio de la ONU, el diálogo con el objetivo principal del restablecimiento de la paz. En este sentido, el Gobierno de España debe colaborar a que la Unión Europea redoble sus esfuerzos por una solución pacífica a la crisis entre Rusia y Ucrania, anteponiendo como máxima prioridad el fin de la guerra, el respeto de la integridad territorial ucraniana y la vuelta a los acuerdos de Minsk. Es buen momento, para que España y la UE reflexionen y busquen construir una alternativa política propia e independiente basada en estos principios.
Por último, la necesaria condena frente a esta agresión miliar no es suficiente, por lo que, apelando de nuevo a un alto el fuego inmediato, hago un llamamiento a la participación masiva en las manifestaciones por la paz y contra la guerra que se convoquen en todo el país.
La paz es, hoy más que nunca, el único objetivo legítimo.
Por la paz en Ucrania. No a la guerra – Nueva entrada en el Blog de Pepe Álvarez, Sº Gral de UGT