Primer paso para la vuelta de un gobierno popular a Brasil

Luiz Inácio “Lula” da Silva volvió a ganar unas elecciones presidenciales en Brasil, 12 años después de haber dejado el cargo al final de su segunda presidencia 


Para la Unión General de Trabajadoras y Trabajadores, la victoria de Lula en esta primera vuelta representa el regreso del presidente (2002-2010) que impulsó las mayores transformaciones sociales en la historia de uno de los países más poblados y desiguales del mundo. Durante sus dos mandatos, Lula alcanzó destacados éxitos en materia de reducción de la pobreza, garantía de derechos de protección social (como educación y sanidad para amplios sectores sociales hasta aquel momento excluidos del acceso a estos derechos básicos), además de situar a Brasil en un lugar central en el liderazgo político latinoamericano y mundial, a través de una propuesta de desarrollo económico con inclusión social.

Sin embargo, en los doce años que pasaron desde la salida de Lula de la presidencia, Brasil ingresó en una de las épocas más oscuras de su historia reciente, con golpes de estado hacia su sucesora, Dilma Roussef, profundas reformas posteriores sociales y laborales regresivas y una agenda de persecución política y penal contra los dirigentes del PT, con el único objetivo de proscribir la candidatura de Lula a las elecciones de 2018, como se demostró judicialmente más tarde.  El resultado de esas elecciones viciadas por la proscripción de Lula fue la victoria del ultraderechista Jair Bolsonaro, quien mantuvo la persecución a Lula y sumió a Brasil en un clima de una enorme violencia política.

UGT, comprometido con la democracia y la libertad en Brasil

Para UGT, la victoria de Lula en la segunda vuelta es una necesidad social y democrática para Brasil. Además del perfil ultraliberal, racista y homófobo del actual presidente brasileño, la gestión delirante e irresponsable de Bolsonaro ante la pandemia de la COVID-19, en la que expuso de forma flagrante a la población más vulnerable de Brasil al contagio del virus y a la falta de atención sanitaria, es otra de las razones principales para que el regreso de Lula se presente como imperioso. Por ello, el sindicato se muestra preocupante ante la realidad de los resultados de este domingo: casi el 45% de los votantes brasileños han apoyado al ultraderechista Bolsonaro aun después de sus cuatro años de desastrosa gestión.

Ante la fundamental segunda vuelta electoral de finales de octubre, UGT continuará trabajando con las organizaciones sindicales brasileñas que, casi en su totalidad, asumieron una defensa de la candidatura de Lula, especialmente la CUT y UGT. El nuevo tiempo que se abre en Brasil ofrece enormes posibilidades para que las organizaciones sindicales brasileñas vuelvan a cumplir con su rol fundamental como defensoras de los derechos y de unas mejores condiciones de trabajo.

En este sentido, UGT seguirá acompañando a los trabajadores y trabajadoras de Brasil, tal como hizo durante la primera vuelta, siendo el único sindicato europeo presente como acompañante internacional durante la jornada electoral, como parte del compromiso de nuestro sindicato con la democracia brasileña, expresado en los últimos años con la presencia de UGT en el apoyo a Lula desde su primer juicio en Brasil o durante su condena en la cárcel de Curitiba, en donde fue visitado por el secretario general, Pepe Álvarez, que le hizo entrega del I Premio Internacional de la organización por labor política y su lucha por los Derechos Humanos, en octubre de 2019.

 

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