La Vicesecretaria General de UGT, Cristina Antoñanzas, interviene en un acto sobre empleo y transición ecológica organizado por el Ministerio de Trabajo y Economía Social
Fuente: UGT Confederal
“La transición ecológica de los sectores productivos no solo es posible, sino que es necesaria ya que no podemos seguir con el modelo productivo y económico actual que es totalmente insostenible”, ha considerado. “Y la única manera de que tenga éxito esta transformación, es que se haga bajo el paraguas de la transición justa, con justicia social, poniendo a las personas en el centro y sin dejar a nadie en el camino”.
En este sentido, ha señalado que “España es uno de los países que, sobre el papel, más avanzados están en términos de transición justa, ya que tenemos una Estrategia de Transición Justa, un Instituto para la Transición Justa y una herramienta importante, los Convenios de Transición Justa, pero estos instrumentos no están funcionando como deberían y se observa que muchas regiones ven como su principal fuente económica y de empleo cierra y no tienen alternativas reales”.
Por ello, ha reclamado “más diálogo social en los distintos Convenios de Transición Justa, participando en todos los procesos, realizando el seguimiento de los compromisos acordados en los convenios y vigilando su cumplimiento, impulsando alternativas reales en los territorios afectados, dando opciones a quienes van a perder su empleo, proporcionarles un futuro. La transición justa no es únicamente pagar prejubilaciones, va mucho más allá y para ello es muy importante hacer diagnósticos, tanto por sectores como por territorios, que anticipen los impactos”.
Además, ha considerado necesario “ofrecer protección social a las personas trabajadoras más vulnerables, incluyendo a los trabajadores y trabajadoras de empleos directos, indirectos e inducidos, y también es esencial incluir planes de formación y capacitación de los trabajadores y trabajadoras en relación a los nuevos empleos verdes que van a requerir nuevas habilidades entre las personas trabajadoras”.
Todo ello en la necesidad de “empezar a aplicar medidas de transición justa más allá del sector energético y analizar otros sectores para ir planificando las medidas e impulsando las oportunidades que en esta transición se van a generar. Estamos en un momento muy importante, ya que contamos con los fondos europeos para la recuperación, que nos brindan una oportunidad histórica que no podemos desaprovechar. Unos fondos que tienen que servir para reconstruir y resulta imprescindible que vayan destinados a sectores muy golpeados y a generar el necesario cambio de modelo productivo que necesita nuestro país”.
Un modelo que, para Cristina Antoñanzas, se debe destinar a “más industria, energía, innovación, tecnología, digitalización, formación y una economía más verde, productiva, eficiente y socialmente justa. Apostar por las energías renovables, la eficiencia energética, la economía circular, la agricultura y ganadería ecológica, la movilidad sostenible, la rehabilitación de edificios, la protección de la biodiversidad, el turismo sostenible, la gestión sostenible y eficiente del agua, etc. nos aportará, además de beneficios ambientales, beneficios desde el punto de vista económico y social”.